Definitivamente la crianza del caballo chileno y el rodeo, es la mejor collera, esto porque para llegar a tener éxito en el rodeo, primero debe haber una buena crianza, luego una buena amansa y finalmente un buen arreglo del caballo, en otras palabras es todo un proceso que debe cumplirse rigurosamente y sin saltarse etapas.
Ambas cosas están regidas por sus respectivos reglamentos, lo que sin duda permite controlar bien en cada rubro, que todo se realice de la mejor manera para lograr un buen desarrollo en todo.
La críanza es muy trascendente por todo lo que significa en el rodeo, pero este nació antes, allá por 1860, cuando comenzó una selección funcional de los caballos más óptimos para nuestro deporte
Para un criador no hay mayor alegría que tras el largo proceso pueda ver correr sus propios caballos, ver que ha podido llegar a buen puerto tras largos 6 a 7 años de espera, porque eso es lo normal para sacar a correr los productos, ya que antes de esa edad se corre el riesgo de que la intensa competencia de rodeos les pase le cuenta y deba abandonar a corta edad, la parte competitiva.
Esta temporada ya hay cinco colleras clasificadas para los selectivos 2017, faltando algunos rodeos en Ñuble, y de ellas tres pertenecen a Criaderos, algo que es muy bueno, porque respalda todo el trabajo de años.
Estas tres colleras representan a dos criaderos, Pozo de Oro, con los productos Orador y Ñublensina, hay que destacar que este es el primer año que participan como tal y han logrado un objetivo que algunos no lo obtienen en años, el otro es el Muticura, criadero de larga trayectoria, ha asistido varias veces al nacional, ganado incluso un Sello de Raza con su producto Salamera en la Serie Campeones del nacional.
Hoy llega a los clasificatorios con dos colleras, Elegante y Especial y Ajíaco y Gustosa, algo que es realmente gratificante para su dueño.
Por todo lo anterior, la crianza y el rodeo, siempre irán de la mano engrandeciendo nuestro deporte nacional y las tradiciones huasas.




