Desde los albores de nuestra Independencia y en el desarrollo de la misma, el caballo chileno ha sido de gran importancia en las labores del campo y en nuestro deporte nacional, el rodeo, deporte que ha trascendido más allá de nuestras fronteras, llegando a Brasil y Argentina, donde también se practica y se reproduce nuestro noble caballo.
El rodeo y las tradiciones son parte de nuestra historia, las que se viven intensamente y tienen gran convocatoria cada fin de semana, donde el folklore, la cueca y la artesanía tienen un lugar privilegiado en las medialunas, las que se ven engalanadas para la ocasión, no importa la edad ni sexo, solo interesa vivirlas a concho, la mujer chilena tiene gran relevancia en todas estas actividades, dándole un toque de distinción con su participación, destacando plenamente las cantoras, las que con sus hermosas canciones deleitan a los asistentes, también da gran realce a todo, la presencia de autoridades, instituciones de orden y representantes de la Iglesia.
A veces hay momentos de gran recogimiento cuando se corre el novillo del silencio en recuerdo a los corraleros fallecidos, instantes que son seguidos con mucho respeto por los asistentes, esas son gran parte de nuestras tradiciones, las que están en las raíces de nuestro pueblo, porque un país sin raíces, es un país sin futuro.
