

En la comuna de Ránquil, región de Ñuble, se encuentra el Criadero Lomas de Metrenco. Este lugar ha nacido desde lo poco, con mucho cariño y esfuerzo, y es liderado por Santiago Nova y su hijo Francisco Nova, quienes conversaron con Entre Quinchas sobre la historia de este especial lugar.
“Estas instalaciones partieron casi desde cero y ahora tenemos una infraestructura que podemos compartir con la comunidad”, comenzó señalando don Santiago Nova. Y agregó que “nosotros llevamos aproximadamente 22 años. Partimos con un caballo que era chileno-árabe y nos empezamos a dedicar a cabalgatas. Ya después nos metimos al tema del rodeo y la crianza”.
A su vez, Santiago Nova agregó que “dejamos varios años de producir porque de repente a uno le falta el conocimiento, ser asesorado. Tuvimos buenos productos y buenas líneas de sangre que no las supimos aprovechar bien”.
Sobre las instancias en que han participado durante el último tiempo, señaló que “hemos participado los últimos dos años en Catapilco y en Los Andes con el producto Corsario. En Catapilco sacamos el primer lugar nacional en la rienda para criadores y quedamos como en 5to lugar de serie de exposición. Este año fuimos a Los Andes y participamos en la rienda, exposición y aparta de ganado junto a mi hijo que es mi compañero natural“.
Respecto a la situación actual del Criadero Lomas de Metrenco en cuanto a cantidad de productos, indicó que “hoy día tenemos alrededor de 12 productos, dentro de los que hay algunos para correr y otros para exposición. Tenemos productos desde los 9 años hasta potrancas y potrillos de 6 meses que están listos para el destete“.
Finalmente, y refiriéndose a lo que es ser criador y sobre proyecciones, Santiago Nova señaló que “todo depende del de arriba. Los criadores más que genética es un tema de gusto. Uno puede ver en los primeros años un caballo que te pueda gustar para exposición y ya tienes que esperar 8 años para ver si podría servir para otras pruebas como el rodeo. Entonces es una larga espera para que el caballo dure 20 años. Uno se proyecta y la verdad es que el tiempo pasa”, cerró.





